Corrían los años 90, yo me encontraba en la primaria, tenía problemas de interacción social como todo niño «bulleado», recuerdo había asistido a un campamento en donde nos separaban por equipos en donde teníamos que ponerle nombre y logo al nuestro, era el auge de la NBA, por ello opte por sugerir el nombre y logo de los Lakers de Los Ángeles, recuerdo también que por esos tiempos sucedió que dicho equipo llego a la final de algún torneo (creo eran 7 partidos como en el béisbol), seguí los partidos con pasión y angustia, rece incluso por que lograran la victoria (sí, solía ser católico apegado en aquel entonces), tan solo para que en los últimos 15 minutos perdiera el equipo de mi afición. Llore, berreé, pataleé, me enfurecí, no entendía las razones por las cuales «mi equipo» no había ganado, hice de todo lo que un buen aficionado haría (hasta había empezado a practicar el deporte), fui con mi madre en esa noche de miércoles (se encontraba tendiendo la ropa que recién había lavado)